Invertir es solo para los ricos

Absurdo! Además, ¿cómo crees que la gran mayoría de los ricos acumuló su riqueza? ¡Cuidando su dinero!

Como con muchas otras vacas, el verdadero propósito de este pretexto es autodescalificarte; excusarte de tener que hacer lo que sabes que debes hacer bajo la premisa de que tú no calificas; de que, a pesar de tus buenas intenciones, no llenas los requisitos; de que la prosperidad no es para ti sino para otros. Y todos estos razonamientos te dan la oportunidad para no hacer nada al respecto sin tener que sentirte culpable.

¡Ahorrar e invertir es para todos!

Si en verdad quieres lograr la libertad financiera, uno de tus objetivos es lograr que el dinero que ahorres comience a traba­jar para ti de tal manera que tus inversiones empiecen a generar más ingresos. La inversión es una de las claves del éxito financiero porque te permite “poner a trabajar tu dinero” para continuar generando valor obteniendo ganancias adicionales.

Quizás una de las razones por las cuales se ha generalizado el uso de esta excusa de que “invertir es para los ricos” se debe a que las inversiones nos presentan dos retos importantes: (1) la necesidad de aprender algo nuevo, y (2) aceptar que invertir viene acompañado de ciertos riesgos.

No obstante, antes de que te apresures a decir: “¿Riesgos? ¡Adiós! Esto no es para mí”, considera que, tanto en las finanzas como en otras áreas de la vida, estás rodeado de riesgos. Si solo hicieras aquello que esté libre de todo riesgo, harías muy poco. Por supuesto que existen ciertos riesgos asociados con las inversiones y con otras operaciones financieras. Es innegable que estas pueden generar ganancias significativas o pérdidas muy graves. Pero lo cierto es que, si investigas, diversificas tus inversiones, te informas e inviertes el tiempo suficiente en educarte en esta área, disminuyes los riesgos. Mi sugerencia es busques la orientación de un buen asesor financiero de manera que logres desarrollar una estrategia de inversión sobre la cual tengas la mejor opción para comenzar a edificar tu libertad financiera.

Lo importante de entender es que, si bien, las instituciones bancarias son un buen vehículo de ahorro, existen otros canales de inversión que generan mejores utilidades. Hay una gran diferencia entre ahorrar e invertir.

Cuando tienes tu dinero en algún tipo de cuenta de ahorros en un banco, los depósitos tienden a estar garantizados; pero, por lo general, el interés fijo que recibes es bajo; así que la rentabilidad de tu dinero es pequeña. A diferencia del mundo de la banca, las inversiones (acciones, bonos, fondos mutuos, bienes raíces) generan mayores beneficios y ganancias, pero también podrían perder su valor. No hay ninguna garantía.

Antes de invertir tu dinero es importante que tengas esto muy presente: si buscas una mayor utilidad a través de cualquier tipo de inversión, ten en cuenta que a mayor rentabilidad, mayor riesgo. La rentabilidad de tu inversión es variable: al alza, cuando sube el precio de los bienes; o a la baja, cuando se reduce el valor de la inversión.

Por esta razón, a muchas personas les resulta más fácil justificarse afirmando que “invertir es solo para los ricos”, de tal manera que no tengan que lidiar con la incomodidad que les produce la idea de arriesgar su dinero. El problema es que el temor a invertir, debido al riesgo asociado con las inversiones, te ofrece como única alternativa el no hacer nada. No obstante, hay mejores opciones que esa de no hacer nada.

Para hacerles frente a las fluctuaciones y los altibajos asociados con las inversiones, los expertos hacen dos recomendaciones: (1) invertir solo aquel dinero que no vayas a necesitar a corto plazo, y (2) investigar e informarte antes de invertir. La ignorancia no es una excusa para evitar ganar dinero. Los inversionistas sacan el tiempo para estudiar e investigar. Hoy en día, tienes acceso a una gran cantidad de información económica a través de la Internet, los libros y las revistas financieras. Ten presente que, aun con la ayuda de un asesor financiero, debes mantenerte altamente involucrado en el cuidado de tu capital. Si delegas por completo la decisión de inversión al criterio de otros, estarás desatendiendo tu dinero.

 ¿Te parece todo esto muy confuso y aterrador? Si estás empezando a darle la razón a la vaca que te proponías matar y piensas que lo mejor es quedarte quieto y no meterte en cuestiones que van a complicar tu vida, no olvides que todo aquello que te va ayudar a triunfar requerirá de tu atención total y demandará que salgas de tu zona de confort y aprendas nuevas cosas. Además, lo que está en juego es tu libertad financiera. ¿No es esa una de las razones por las que trabajas tan duro? Y si es así, ¿no crees que por lo menos deberías darte la oportunidad de averiguar e informarte sobre qué tan buen trabajo estás haciendo en proteger el dinero por el que has trabajado tan duro?

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