Cómo reconocer que has caído en la trampa del perfeccionismo

Contrario a lo que muchos piensan, el perfeccionismo no es parte esencial del éxito. De hecho, muchos de los errores y fracasos producto de decisiones imperfectas son los que poco a poco nos enseñan a tomar mejores decisiones.

No me cabe la menor duda de que así tu meta sea empezar un negocio, escribir un libro, reinventarte, lograr una salud óptima o producir un curso en línea, uno de los peores enemigos de tu éxito puede ser el perfeccionismo.

Yo entiendo que esforzarse por actuar con excelencia, ser meticuloso y querer hacer las cosas bien son siempre actitudes saludables; no hay nada de malo en ellas. La trampa del perfeccionismo no consiste en fijarse unos estándares elevados sino en creer que cometer errores es inaceptable y que cualquier cosa que se haga debe estar libre de faltas. Es decidir que sólo darás el primer paso cuando hayas alcanzado la perfección. Esta actitud sí es nociva y nos coloca en una posición vulnerable.

Pese a que querer dar siempre el 100% en todo lo que hacemos es admirable, la verdad es que en la mayoría de los casos, nuestro mejor esfuerzo suele ser suficiente. Si yo hubiese esperado hasta escribir perfectamente antes de comenzar mi primer libro, lo más seguro es que aún no tendría nada publicado. Contrario a lo que muchos puedan pensar, no siempre se requiere hacer algo perfectamente para lograr los objetivos y triunfar en la vida. De hecho, cada día miles de personas dan menos del 100% y aún así alcanzan sus metas.

Si reconoces alguno de los siguientes tres síntomas, es posible que hayas caído en la trampa del perfeccionismo:

1

La persona perfeccionista no acepta que cometer errores sea algo natural

La persona perfeccionista cree que sus errores son un defecto personal que no tendría por qué ocurrir. Por esta razón, la simple idea de equivocarse le produce temor y angustia a tal punto que se paraliza y no puede actuar. Para ella existe una sola manera de hacer las cosas; piensa que si hay que hacer algo, debe hacerse perfectamente o no hacerse; cree que el cometer errores lo hace menos exitoso, menos agradable e incluso menos valioso; considera que las cosas están bien o mal hechas y que no hay nada entre estos dos extremos. Sin embargo, creer que sólo podemos escoger entre dos opciones —lo perfecto y lo imperfecto— nos impide ver todas las posibilidades existentes.

Es importante no confundir el perfeccionismo con el deseo de lograr mejores resultados. El perfeccionismo se caracteriza por una excesiva autoexigencia que produce frustración cuando los planes no salen con la perfección esperada, lo cual suele suceder casi siempre, ya que en la mayoría de los casos las expectativas superan a las posibilidades reales.

“El peor error es creer que ya sabes todo lo que necesitas
para triunfar”

2

La persona perfeccionista siempre hablan de hacer pero no hacen

La persona perfeccionista cree que sus errores son un defecto personal que no tendría por qué ocurrir. Por esta razón, la simple idea de equivocarse le produce temor y angustia a tal punto que se paraliza y no puede actuar. Para ella existe una sola manera de hacer las cosas; piensa que si hay que hacer algo, debe hacerse perfectamente o no hacerse; cree que el cometer errores lo hace menos exitoso, menos agradable e incluso menos valioso; considera que las cosas están bien o mal hechas y que no hay nada entre estos dos extremos. Sin embargo, creer que sólo podemos escoger entre dos opciones —lo perfecto y lo imperfecto— nos impide ver todas las posibilidades existentes.

Es importante no confundir el perfeccionismo con el deseo de lograr mejores resultados. El perfeccionismo se caracteriza por una excesiva autoexigencia que produce frustración cuando los planes no salen con la perfección esperada, lo cual suele suceder casi siempre, ya que en la mayoría de los casos las expectativas superan a las posibilidades reales.

“El perfeccionista siempre encuentra un problema o una razón para no hacer lo que debe hacer”

3

La persona perfeccionista siempre espera las condiciones ideales antes de empezar

¿Qué podemos hacer cuando las condiciones no son ideales? Bienvenido al mundo real. Así es la vida. Lo importante es tener en cuenta que un pobre plan puesto en marcha hoy, es mucho mejor que uno extraordinario que nunca lleves a cabo. Muchos escritores, coaches y emprendedores quieren estar totalmente seguros que están comenzando su camino con el plan perfecto. El problema es que mientras más tratan de perfeccionar el plan antes de empezar, más inconvenientes, dudas y opciones salen a flote.

Dicen cosas como: “Quiero empezar mi negocio, o escribir mi libro, o comenzar a ir al gimnasio… pero pienso que si lo voy a hacer, pues vale la pena hacerlo bien o no hacerlo; y en este momento no siento que pueda dedicarle al negocio, al libro o al ejercicio todo el tiempo que merece, así que mejor lo voy a dejar para después”.

¿Ves cómo este mal hábito puede sabotear tu éxito? Te paraliza y te hace creer que si no vas a poder dar el 100% en una actividad, es preferible abandonarla antes de empezar. De esa manera, por miedo a no tener la seguridad de ganar todas las batallas, optas por no dar ninguna.

“Tanto el triunfador como el fracasado tiene 24 horas
al día. La diferencia entre ellos es en la manera
como eligen invertir su tiempo”
¿Cómo salir de la trampa de perfeccionismo?

¿Qué podemos hacer para superar la tentación de mejorar y mejorar los planes indefinidamente? Una buena manera es aprendiendo de la estrategia de Microsoft, que no espera hasta tener un software perfectamente desarrollado antes de comenzar a comercializarlo.

Microsoft produce una versión aceptable, la versión 1.0, y de inmediato comienzan a comercializarla. Al mismo tiempo continúan mejorándola para producir la versión 2.0 –la cual, a propósito, venden nuevamente a los dueños de la versión 1.0—. De esta manera, aseguran un mejoramiento continuo de sus productos sin que ello les impida comenzar con lo que tienen.

¡El secreto es comenzar! Así que comienza ya mismo con la versión 1.0 de tu plan personal de éxito hoy y nos vemos en la cumbre del éxito.

“Cuando te atreves a comenzar comienzas a triunfar”

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